Estúpido

May 4, 2007

(El final de esta entrada fue escrito en un momento terrible de rabia, odio y descontrol. Aunque antes era una constante en mi vida, desde hacia mucho no sentía la necesidad de acabarme palabra por palabra, lascerarme, destuirme, quemarme, reducirme al punto mismo de la mierda y así develar la posible gran farsa que aníma muchas de mis actitudes. Había entrado pues, en un horrible comfort de sana autoestima. No me siento orgulloso de la última parte del texto, es exagerada, pero expresa una verdad que no me siento en capacidad de ignorar. Favor no tomarme en serio, yo no lo hago tampoco).

Rimini es el nombre de la heladería que queda en la esquina suroriental de la plaza de comidas del centro comercial Andino, dónde ayer alrededor de las 5 de la tarde me exigí el recordar la vitrina dónde están exhibidos los licores y conservar en la memoría los colores de ésta, sus acabados en madera, y su bonito diseño. Me prometí también recordar a mi mamá y a Juanita sonriendome y despidiendose desde la ventana cuando aproximadamente a las 3 y 40 de la tarde salimos con mi papá en dirección a la 82, él al Goethe (dónde yo tendría clase de alemán a las 7:15), y yo a publicaciones Sport, dónde por estos días unas personas más que amables me ponen a escribir artículos para sus poco conocidas revistas y me pagan con bonos de ropa (aunque de hecho aún no recibo el primero) . Me prometí recordar esa despedida y esa diciente sonrisa porque sentí genuino amor por ámbas cuando las vi.

En la esquina suroriental de Rimini, (que es a su vez una prominente esquina suroriental, una de aquellas esquinas surorientales) hay una saliente que da a dos mesas algo escondidas. Brownie y expreso. Mientras se oscurecía, el tono de las voces crecía, y dos visiones del mundo dificilmente compatibles en muchisimos aspectos colisionaban violentamente. Los pormenores de esta conversación prefiero no recordarlos. Los ademánes de huída, la violencia de las palabras, mis ridículos ejemplos y mis baratas conclusiones suficiente daño han causado y creo que están y estarán presentes durante mucho tiempo.

(Y es que yo no sé discutir, no tengo idea de pensar racionalmente, no puedo ponerme a la altura de quien utiliza ideas y no estupidas impresiónes como yo. No puedo ponerme a la altura de quien reflexiona y actúa en consecuencia y no de quien deja ser y está conforme miserablemente con todo, como yo. Soy un maldito cancer aborrecible, así me siento ahora mismo. No, mi indolencia no es un statement de vida, mi irracionalidad no es una forma romántica de vivir, mi dejadez no es un desapego espiritual por lo material y mi incapacidad para el razonamiento lógico no es una virtud, es un maldito impedimento y un símbolo de mediocridad y pereza. Y mi incompetencia y mi miedo a la competitividad? Lo dijo Marta una vez: Mediocridad. Soy pretensioso, grosero, pedante, pero muy por encima de todo, ignorante. Y lo siento, lo siento desde el fondo con todas las víctimas de mi hipocresía, de mi falsa apertura a las ideas de los otros, de mi poco rigor. Educado en un colegio dónde lo crían a uno para creerse la punta de la verga de dios, cuesta trabajo recuperarse del golpe de ser un maldito charlatán, un inútil.).

Hoy tenía que hacer un trabajo para la clase de síntesis y no lo hice porque me quedé todo el día hablando con gente y perdiendo el tiempo en esa jodida cafeteria de mierda dónde muchas personas casi tan mediocres como yo desperdician su cerebro regularmente. Presenté un muy mediocre exámen de alemán, pero llegué a alardear por messenger de cosas estúpidas sin verme al espejo y darme cuenta que no soy nada más que un jodido parásito, más que un perezoso de mierda, más que un impedido.

Como es posible que pueda preferir todos mis malditos defectos, todos mis nauseabundos defectos, a la claridad, la madurez y al amor que alguna vez me fue ofrecido? Como puedo amar tanto y ser tan condencendiente con este saco de mierda que llevo por cuerpo y esta constante ebullición de BASURA, de charlatanería barata que llevo en la cabeza? Como es posible que no pueda desapegarme de mi propia imbecilidad? De mis miles de errores? (Si, los errores si existen, las actitudes de las personas si son condenables, la gente es fea, retardada o mañosa y no por ello merece piedad -y si he pensado que merecen piedad es porque me úbico de primero en la lista pero soy muy cobarde para castigarme a mi mismo como se debe, aunque amaría hacerlo-). Solo la gente competente que se sabe capaz de lograr algo puede transformarse. Hay tanto en mi que no es rescatable… porque es precisamente de esas cosas de las que no me puedo desapegar?.

Me siento solo, molesto, inútil. Despreciable. («Falso, mentiroso, asqueroso», me dijo mi sensato papá alguna vez). He hecho mucho daño, muchísimo, y me siento apenado.

4 respuestas to “Estúpido”

  1. Narrador said

    Me hiciste llorar.

  2. pin2 said

    we share the same shame and sorrow or at least it smells the same.
    more espresso, more chocolate and just call when you need to, it is easier to feel miserable with someone who´s more miserable than you. it’s still there. just keep writing.

  3. aranta said

    😦
    duele horriblemente leer este post.

  4. juanpa said

    Eso es catarsis.

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